La vitamina D ha sido recomendada constantemente por especialistas en salud desde que hace más de medio siglo fue descubierta por el bioquímico estadounidense Elmer McCollum.
Su presencia en nuestro organismo podría generar beneficios en el sistema inmunológico pero es más conocida por la importancia que representa para la salud de nuestros huesos. De hecho, es altamente recomendada en la infancia y adolescencia para fortalecer el sistema óseo del cuerpo y los dientes.
A pesar de los beneficios, hay estudios que revelan que así como la deficiencia de Vitamina D es mala también lo puede ser el exceso de ella; incluso, algunos especialistas hablan de severos problemas si hay una sobredosis.
Por ello, a continuación vamos a presentar todos los detalles de la Vitamina D, lo que se sabe de ella y qué revelan los estudios.
¿Es realmente una vitamina?
Curiosamente no. Después de unas décadas de su descubrimiento, un estudio reveló que la vitamina D realmente es una hormona, por ello se le conoce también como “la hormona del sol”.
¿Cuáles son sus principales propiedades?
La vitamina D es necesaria para absorber y utilizar calcio y fósforo, los cuales son fundamentales para el desarrollo y fortalecimiento de huesos, músculos y dientes.
Al aportar grandes beneficios al sistema músculo esquelético, la vitamina D puede ayudar a la prevención de enfermedades como la osteoporosis y a mejorar la debilidad muscular.
¿Cómo se produce la Vitamina D?
Hay tres maneras diferentes de producir vitamina D. La primera de ellas es a través de nuestro propio cuerpo gracias a la exposición al sol. De hecho es la única vitamina que el cuerpo humano produce por sí mismo gracias a la acción del sol sobre la piel.
La segunda manera es mediante algunos alimentos como por ejemplo el pescado, el salmón, cereales de grano entero, brócoli, champiñones, lácteos y almendras.
La producción de vitamina D por medio de los alimentos no es tan sencilla como parece, pues falta educación nutricional para comprender que los alimentos difícilmente serán suficientes para suplir la necesidad de la vitamina D, explicó la nutricionista brasileña Marcela Mendes, quien es doctora en Ciencias de Nutrición por la Universidad de Surrey.
Esto se debe a que la ingesta de estos alimentos tendría que ser diaria para que exista una fuente de vitamina, según Mendes.
La otra forma de producir la vitamina D es con la ingesta de suplementos vitamínicos, muchos de ellos recomendados en edades tempranas. Es preciso mencionar que el consumo de los suplementos debe ser con moderación, y no es necesario en todos los casos. Lo más recomendable es que sea bajo supervisión de un especialista.
A pesar de haber tres fuentes de vitamina D, hay que tomar en consideración múltiples factores para cerciorarse de estar haciéndolo de manera correcta. Por ello la insistencia en tener el acompañamiento de un médico o nutricionista.
Esto porque no todos los organismos actúan igual en la recepción de los rayos del sol, por ejemplo, una persona de piel clara no reacciona igual ante la luz solar que una persona de piel más oscura. Esto varía dependiendo de las características de cada quien, sin embargo, el nivel de vitamina D que debe tener una persona oscila entre 50 y 250 nanomoles por litro.
Los adolescentes y adultos requieren alrededor de 15 microgramos al día para poder llegar a la cantidad de nanomoles expresados anteriormente, lo que es igual a 600 UI (Unidad Internacional establecida por el Comité de Estandarización Biológica de la Organización Mundial de la Salud).
Aunque los suplementos son importantes, Marcela Mendes recalcó que algunas personas los consumen en grandes cantidades esperando algún resultado específico, llegando a consumir desde 1.000 hasta 5.000 UI diarias.
La sobredosis de vitamina D puede ser contraproducente
La deficiencia de vitamina D es mala pero también lo es el exceso, advierte la doctora Marise Lazaretti-Castro, puesto que una sobredosis de vitamina D puede generar riesgos a largo plazo.
“El calcio sube mucho en la sangre y eso da muchos efectos adversos, como náuseas, vómitos y diarrea”, explicó la doctora para una investigación que fue publicada en BBC Mundo. Por si fuera poco puede presentar deshidratación, insuficiencia renal, pérdida de la función renal e incluso la muerte.
Por todo lo antes expuesto, la mejor fuente de vitamina D es la exposición diaria al sol hasta que la piel se torne de color “rosa claro”, este enrojecimiento equivale a ingerir aproximadamente 20.000 UI de vitamina D3.
