Cuando nuestro bebé llega a los ocho meses se comienza a comportar de una forma que realmente nos confunde, por un lado desea que le permitamos hacer más cosas por su propia cuenta, y por el otro, no quiere que lo dejemos solo ni un segundo, lo cual se conoce como angustia de separación.
Después de pasar sus primeros seis meses de vida perfectamente cómodo en los brazos de quien deseara sostenerlo, ahora nuestro pequeño no quiere apartarse de nuestro lado ni por un segundo pues se pone a llorar. Este es el comienzo de una etapa que debemos entender para ayudarlo a superarla.
¿Qué es la angustia de separación?
Según los especialistas, a partir de los ocho meses de edad, o incluso antes, los bebés empiezan a ponerse ansiosos y a aferrarse mucho más a nosotras, lo que es parte de una etapa de su conducta que se denomina angustia de separación.
Este fenómeno no tiene por qué alarmarnos ni hacernos creer que estamos haciendo algo equivocado como padres o que algo va mal con el desarrollo de nuestro bebé, pues es de lo más normal y lógico.
¿Qué siente nuestro bebé con la angustia de separación?
Durante esta etapa, cada vez que nos alejamos nuestro bebé cree que nunca nos volverá a ver, pues aún no tiene el raciocinio para comprender que no es así, así que entra en pánico, como es lógico, y empieza a llorar desconsolado
Los expertos afirman que el sufrimiento que sienten los bebés por la angustia de separación activa las mismas zonas del cerebro que cuando padecen un dolor físico.
Esto también explica por qué nos sentimos tan mal cuando un ser amado se separa de nosotros, cuando nos rechazan o cuando se rompe una relación, solo que ya tenemos la capacidad de entender estas emociones, controlarlas, y superarlas.
¿A qué se debe la angustia de separación?
El conocimiento que tiene nuestro bebé del mundo durante su primer año de vida es muy limitado. Según los expertos, en los primeros seis meses se percibe a sí mismo como parte de la persona que lo cargue, y cuando se trata de nosotras esta relación se afianza aún más.
Durante los primeros meses reconoce nuestro olor, calor, voz, y sabe que somos quienes tenemos su alimento. Pero esto no le impide sentirse cómodo con alguien más.
Es alrededor de los ocho meses, o antes, que empieza a darse cuenta de que tiene su propio cuerpo y es un ser aparte. Esto le da curiosidad pero también mucho temor, comienza a entender que nos necesita más que nunca para sobrevivir en este mundo.
A esa edad su cerebro racional aún está en proceso de crecimiento y desarrollo, por ahora solo entiende que si nos vamos estará solo y eso no le conviene, y más adelante comprenderá que siempre volveremos por él, pero esto no pasa enseguida.
Angustia de separación: Una reacción normal
Con la angustia de separación, nuestro bebé piensa que si desaparecemos de su vista nunca regresaremos, así que reacciona con un llanto exagerado, y quizá gritos, lo que es completamente lógico consideramos el pánico que siente en el momento.
Esto es totalmente normal y es una señal de que su cerebro racional se está desarrollando bien y su sistema de alarma funciona a las mil maravillas
Es el sistema de alarma es el que establece que si no están las personas más importantes de su vida, debe hacer lo posible por remediarlo: llorar, gritar, patalear, suplicar, lo que sea necesario para mantenernos cerca.
La angustia de separación se dispara al dejarlo con desconocidos
En este caso ocurre básicamente lo mismo, cuando nuestro bebé se ve rodeado por un grupo de personas extrañas y no nos reconoce entre ellas, también entra en pánico.
Desde su punto de vista las personas desconocidas representan peligro y amenaza, por lo cual su instinto es intentar alejarse para buscarnos.
Esto, por supuesto una conducta que en realidad debería alegrarnos en principio, pues de esta manera no será fácil que vaya con alguna persona extraña que verdaderamente represente un peligro.
¿Cuánto dura la angustia de separación?
De acuerdo a los expertos, esta conducta alcanza su grado máximo alrededor de los 18 meses, y no debemos obligar a nuestro bebé a superarla antes de tiempo.
Poco a poco nuestro hijo irá aprendiendo sobre el mundo que le rodea e irá comprendiendo que puede estar a salvo con otra persona, que puede separarse, que volveremos por él y que todo irá bien mientras no estemos.
¿Qué debemos hacer?
Cuando aparece la angustia de separación, lo recomendable es permitirle a nuestro bebé que esté siempre con nosotras. Dejar que nos sigan por toda la casa, si ya gatea o se mueve, para que vea que no desaparecemos al salir de una habitación, sino que nos trasladamos a otra.
Además, si podemos evitar las separaciones debemos hacerlo por respeto a sus sentimientos.
Si no podemos evitarlas, al menos debemos intentar dejarlo a cargo de una persona especial para él, con la que se sienta vinculado emocionalmente, así la ansiedad no será tan fuerte.
3 consejos para ayudar a nuestro bebé a superar la angustia de separación
Despedirse antes de marcharnos y saludarlo al volver
Como nuestro pequeño probablemente llorará siempre que nos marchemos dejándolo con alguien más, y cada que volvamos y recuerde la angustia que sintió, una buena manera de hacerlo se generarle más confianza es despedirnos con mucho cariño cada vez que salimos y saludarlo de la misma manera al llegar.
Jugar Picabú
Hay juegos que pueden ayudan a nuestro bebé a ir superando la angustia de separación. El picabú es una excelente opción para enseñarle a comprender que aunque no siempre pueda vernos, estaremos allí. Consiste en que tapemos nuestro rostro con las manos mientras decimos algo así como: “¿Dónde está el bebé?, y luego descubrimos nuestra cara con un ¡Aquí está!”
Hablarlo por cuando no nos ve
Realizar una llamada telefónica a quien dejamos a cargo y pedirle que acerque el teléfono para hablarle puede ayudarle a reducir la angustia de separación mientras no estamos, y también podemos seguir hablándole cuando nos movamos a otra habitación y no nos pueda ver, así se sentirá seguro.